jueves, 25 de noviembre de 2010

shh

Yo tenía un paragüas.

Un paragüas que me protegía de la lluvia. Juré no cerrarlo nunca, ya que… ¿qué pasa cuando te mojas? Te constipas, tienes frío, te entra mal humor.

Pues así son las personas, gotas de agua que caen y como no tengas un buen paragüas que te proteja de ellas, como dejes que calen en ti… estás perdido.

Yo tenía un paragüas siempre abierto y protegiéndome, hasta que apareciste tú y lo cerraste. De un soplo… plas, sin notarlo, sentirlo, apreciarlo… y fue entonces cuando descubrí que los besos bajo la lluvia… saben todavía mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario