martes, 22 de diciembre de 2009

ERES...

Eres como una daga
una daga flexible,
que se clava en mi corazón, retorciéndose, haciéndome cada vez más daño.
Hay veces que te quedas quieto, y me dejas que me cure un poquito,
pero cuando te enteras que tu herida se va cerrando,
empiezas a mover tu puntita,
haciéndome creer que la culpable soy yo por curarme.
Llueve, y tú sigues clavado. Y parece que nunca podre curarme,
porque siempre estarás clavado en mi corazón. Pero aprendí,
que yo no me podré quitar la daga, y tú tampoco me la quitarás, sino que para poder curarme,
la daga me la quitará otra persona. Y hasta que llegue, estarás clavada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario